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José María de Pereda y Shen Congwen: Hacia nuestra tierra amada
15 September 2016 | By Lee Chilik | Tinta China 12/2016
INTRODUCCIÓN
La literatura costumbrista siempre ha constituido una parte relevante en el canon literario de cada pueblo del mundo. Las creaciones del género plasman de manra bucólica y realista las escenas folklóricas que extraen los autores de sus respectivas evocaciones sobre su tierra – raíz. Las obras de género siempre se ven impregnadas de un profundo amor hacia la tierra materna. José María de Pereda y Shen Congwen son autores de mayor prestigio en la literatura costumbrista de sus respectivas naciones – España y China. De ahí que los estudios comparativos entre estos dos maestros y sus obras nos proporcionarán recursos invalorables para indagar las semejanzas y las diferencias en el re ejo del amor nostálgico por parte del pueblo español y el chino. De esta manera intentamos establecer un enlace en lo tradicional e ideológico entre estos dos pueblos milenarios
I. DOS AUTORES, DOS PUEBLOS
En España, José María de Pereda encabeza la escuela regionalista. Es considerado no sólo como un maestro sobresaliente que con Sotileza y Peñas Arriba forja un modelo ejemplar del género, sino que también ejerce gran influencia en la literatura española del Siglo XIX. Para este escritor nativo del Norte del país, Santander ha sido el trasfondo, el “hinterland” para construir su mundo literario.
En China, Shen Congwen es indiscutiblemente el mayor representante de la literatura regionalista que se denomina como “literatura del suelo nativo” (xiangtu wenxue)1. Al igual que Mo Yan, primer ganador chino del Premio Nobel de literatura, quien desarrolla la mayoría de sus prominentes escrituras en el distrito Gaomi de la Provincia Shandong, Shen Congwen también saca sus inagotables inspiraciones de su pueblo natal – Xiangxi (el oeste de Hunan). Nacido en una familia de tradición militar, pasó su adolescencia sobre la cabalgadura. La experiencia como soldado le permitió calar en la más cruda realidad humana. Posteriormente dejó la carrera militar y se convirtió en un reformista literario que creía en el valor renovador de la educación y la democracia. Siempre exalta con su pincel la vida rural tan “elegante, saludable, natural y en armonía con la humanidad” 2. Con sus magistrales obras literarias, el autor chino ha poetizado y popularizado la imagen de Xiangxi tanto para los lectores chinos como para los extranjeros.
Sotileza y La ciudad fronteriza son las respectivas obras culminantes de los dos escritores regionalistas. En las obras, Pereda y Shen han tomado los paisajes folklóricos como sus escenarios principales y han desplegado sobre ellos una historia de amor tanto melancólica como épica. Ambas creaciones coinciden en elegir un pueblo apartado y marginalizado como su tierra de cultivo. Santander y Chadong constituyen no sólo el ambiente para el desarrollo de narración de las dos obras, sino también la encarnación de los pueblos natales espirituales de los dos literatos, que han sido objetos de su evocación y exaltación. En Sotileza, las escenas folklóricas de Santander se presenta en torno al idilio de Silda, hija idealizada de un marinero, con los tres dispares chicos: Andrés (rico y perteneciente a una familia burguesa), Muergo (feo y rudo pescador) y Cleto (honesto y valiente hijo de los enemigos de Silda). No sólo es el amor individual lo que nos da una empatía implacable, sino también las costumbres santanderinas tan sencillas como emocionantes: la competición anual de lanchas entre los de Arriba y los de Abajo, la gloriosa entrada de la Montañesa, venerado buque de alta mar, el cabildo en el Paredón de la calle Alta y la inquebrantable costumbre de gritar – ¡Jesús, y adentro! – al entrar en el puerto. En La ciudad fronteriza, el amor de la protagonista Esmeralda (Cuicui) con sus dos pretendientes Tianbao y Nuosong se envuelve en vívidas plasmaciones de los cuadros tradicionales de Xiangxi: La Fiesta de los Botes de Dragón, la regata de botes, la caza de patos, y las tradiciones protocolares de boda, así como la competición de canto entre los hombres, forma bastante romántica para la procuración de amor. Tanto en Sotileza como en La ciudad fronteriza, los dos escritores, con su pincel poético, intentan preservar las costumbres de un ayer que está por difuminarse y poner en pleno mani esto su amor hacia sus suelos nativos.
II. LA TIERRA Y LA HUMANIDAD
Observamos que aparte de expresar la nostalgia hacia su tierra nativa, las dos escrituras muestran también una actitud humanista proveniente de diferentes raíces losó cas.
En Sotileza, nuestro erudito santanderino realiza profundas re exiones sobre la creencia cristiana y la esencia de la humanidad. En oposición al tono determinista en el naturalismo de su época, Pereda cree en el poder del libre albedrío. Como dicta el padre Apolinar en la novela: – De modo que si sales mala, será porque tú quieres serlo, o lo tengas en el cuajo 3.– Según su creencia, todo ser contiene en él una lucha entre lo malo y lo bueno, la bestialidad y la razón. El relato de la novela nos inicia con una descripción bastante picaresca: unos chicos sucios y descalzados, “granujas” según el autor, que ni camisas completas les cobijan el cuerpo, ni las oraciones más sencillas de la doctrina cristiana les entran en la cabeza. Pero años más tarde, con la fuerza de voluntad humana, estos indomables y traviesos chicos logran salir de su crisálida, de la perversidad vital para convertirse en los verdaderos marineros santanderinos, “de empuje y de vergüenza”4. Veamos también a la protagonista: Silda, la heroína santanderina, nace sumergida en miserias como la orfandad y los maltratos de su primera familia de adopción. A pesar de todo, siempre guarda su limpieza física y espiritual. Tal cualidad reside en ella de manera intrínseca y permanece sin ser manchada ni en las más duras circunstancias, viviendo con la familia de Mocejón por ejemplo. A veces incluso tiene que volcarse en las “encarnizadas” peleas para defender su pulcritud intachable. Incluso podemos proponer una hipótesis que la gura de Silda implica la encarnación del pueblo santanderino en la mente de Pereda, lo cual es tan puro y perseverante que a pesar de todos los males (los choques con la intrusión de la cultura industrial, las guerras, la pobreza en los malos años, etc.) siempre sostiene su donaire intachable guardando las más bellas costumbres. Vemos en la protagonista la perfección de este pueblo espiritual del escritor. Además, nos consta la profunda in uencia del cristianismo en los comportamientos humanistas del autor.
En La ciudad fronteriza, Shen percibe la nostalgia y la humanidad conforme al pensamiento losó co del Taoísmo. En la cultura taoísta, la armonía se exalta como su suprema meta y doctrina. La esencia de su losofía vital consiste en el principio ecológico que adora la naturaleza y respeta sus leyes. Sostiene que debemos cuidar, comprender y respetar la naturaleza en base de igualdad. Lao-Tsé enfatiza la importancia de obedecer las leyes naturales sin forzar el desarrollo normal de las existencias. “El hombre imita a la tierra. La tierra imita al cielo. El cielo imita al Tao. El Tao no tiene más modelo que él mismo.”5 (Ren fa di, di fa tian, tian fa dao, dao fa zi ran) Todo ser tiene su regularidad interna, tiene su Tao. De Tao nace el mundo en que cada cual crece según su naturaleza sin que le fuerce ninguna voluntad ajena. Así se asegura la armonía de la naturaleza. Como podemos ver en esta obra costumbrista, los personajes, Esmeralda, el abuelo de ella, Tianbao y Nuosong se nos presentan fundidos con la cultura y el suelo nativo, este Xiangxi que tanto ama el escritor. Esmeralda (Cuicui), protagonista de la novela, es el personaje que más penetra en el corazón de los lectores de las obras de Shen. El nombre Esmeralda implica la inocencia, ingenuidad y belleza original de la chica. A pesar de la melancolía con que empieza la trama, ella es del todo una hija de la naturaleza: el sol y el viento le dan la piel morena; las montañas azuladas y los ríos esmeraldinos le tiñen los ojos de una claridad y esplendor como cristal. Su personalidad no era nada rebelde, sino tan dócil e intacta que no conocía la crueldad, ni la preocupación, ni el enojo. Todas estas virtudes le vienen de modo connatural. “El Tao no tiene más modelo que él mismo” (Dao fa zi ran) 6, los seres sobre la tierra se forman según el Tao, las leyes de la naturaleza. No podemos desarrollar sino según las regulaciones internas. La chica ha sido tal símbolo de la uniformidad entre el hombre y la naturaleza. Así que nuestro amor por el pueblo materno consiste en el mantenimiento de la armonía con la existencia natural que nos rodea. La vuelta al pueblo espiritual es una conciliación con la tierra de que nacemos.
CONCLUSIÓN
Podemos decir que José María de Pereda y Shen Congwen fueron los dos autores que más polémicas habían provocado en el campo crítico de su época. Algunos críticos querían estimar a Pereda como el mejor novelista español después de Cervantes, mientras que otros lo categorizaban como un literato fallido. Shen también experimentó sucesivos altibajos en su carrera con más de cuarenta años de disminución y olvido como escritor. Falleció en 1988, año en que fue nombrado candidato al Premio Novel de literatura.
Siendo dos obras representantes de la literatura regionalista, Sotileza y La ciudad fronteriza presentan artísticamente las costumbres y culturas de ambos pueblos. Si desarrollamos las diferencias culturales de las dos naciones, nos sorprende hallar una constancia en su amor hacia el suelo nativo.Entierrasheterogéneas nos engendramos y nos nutrimos, pero compartimos los mismos sentimientos, las parecidas nostalgias. En el contacto entre España y China, las semejanzas nos unen cada vez más, mientras que las diferencias contribuyen a matizar las dos culturas milenarias, así como a diversificar el mundo global en que ambos vivimos.
BIBLIOGRAFÍA
Aristóteles. Poética de Aristóteles. Madrid: Gredos, 1974.
Confucio, Analectas. 1a ed. Simon Leys (ed. lit.); Madrid: Edaf, 2011.
De Pereda, José María. Sotileza. Germán Gullón (ed. lit.); Madrid: Espasa-Calpe, 1991.
Lao-Tsé. Tao-Te-Ching. Susana Cano Méndez (traducción); Madrid: Ediciones y Distribuciones Alba, 1987.
Shen, Congwen. La ciudad fronteriza. Maialen Marín Lacarta (biografía, traducción y notas); Barcelona: Edicions Bellaterra, 2013.
何塞·德玛利亚·佩雷达:《渔女情》, 唐民权译,人民文学出版社,北京,1994。
沈从文:《边城》,江苏人民出版社,南 京,2014。
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