Estudiar en México

Estudiar en el extranjero es realmente una experiencia inapreciable, que nos otorga a los estudiantes universitarios la verdadera sensación de libertad e independencia, así como una gran oportunidad para conocer el resto del mundo de primera mano. Como estudiante de español, siempre he tenido muchas ganas de visitar España, que es la cuna de este fascinante idioma que estoy aprendiendo. Por lo tanto, cuando recibí la noticia de haber sido elegido para un programa de intercambio, mi sueño se hizo realidad. Lo que me sorprendió, sin embargo, es que mi destino no era Europa, sino América Latina: México.

Qué onda, güey

¿Qué es lo que aparece en tu mente cuando hablan de México? ¿Sombrero? ¿Bigote? ¿Las hermosas chicas mexicanas en la Copa Mundial de Brasil? ¿Pirámides indígenas por todas partes? De hecho, México es mucho más que eso. Cuando me informaron de mi ciudad de intercambio, una sensación de confusión me agobió. ¿Puebla? ¿Pero dónde está, por Dios? ¿Y los narcotraficantes, me harán daño? ¿Me van a robar en la calle? Estas preocupaciones me perseguían durante todo mi viaje a ese continente. Pero todo el miedo y la confusión se desvanecieron con mi primera pisada en este “primer mundo”. “¡Qué onda, güey!” Esta puede ser la primera frase que escuches a tu llagada a México. Literalmente significa “cómo estás, amigo”, pero es más coloquial e íntimo, parecido a“what´s up, dude” en inglés. Es una expresión 100% mexicana, que nunca aprenderás en las clases de español en la universidad, pero que es pan de cada día aquí. A pesar de su sencillez e informalidad, contiene toda la hospitalidad, el entusiasmo y el optimismo del pueblo mexicano. Todavía recuerdo el momento en que estaba esperando en una fila larguísima frente a la agencia de cambio de divisa y mi autobús estaba a punto de partir. Sintiéndome tan nervioso y ansioso, se lo dije a la persona de adelante. Para mi sorpresa, sintió tanta compasión que me dijo: “¡Adelante, güey!” Aunque traté de rechazar su generosa oferta, todo el mundo hizo lo mismo y, de repente, me convertí en el primero de la fila. Gracias a todo su sacrificio y generosidad, logré cambiar mi dinero y subir al autobús a tiempo. Este espíritu mexicano nunca dejó de rodearme e impresionarme a lo largo de mi estancia en ese increíble país. Lo que se ve por doquier es una alegría y calidez que te hacen ansioso por ser uno de ellos, para ser su ¨güey¨.

Un amistoso ambiente internacional

México siempre ha sido un país pluralista y multicultural, donde los estudiantes de intercambio se adaptan con facilidad. A veces incluso te parecerá un poco “abrumador” la hospitalidad y simpatía de los mexicanos. Tienen muchas ganas de hacerse amigos de los extranjeros, así como de conocer su cultura y tradición. Como dice el célebre discurso de Benito Juárez, uno de los presidentes más honrados e relevantes de la historia mexicana, que “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, los mexicanos siempre te harán sentir plenamente respetado y querido como los suyos. Nunca olvidaré la primera vez que caí enfermo del estómago en México. Me quedé solo en el cuarto y permanecí en reposo, esperando que la enfermedad pasara y que no constituyera una preocupación para mis padres y amigos. Pero entonces mi compañero de cuarto, un simpático y enérgico “jarocho” (veracruzano), trajo al instante a mi cama todo un equipo de “médicos” formado por los estudiantes de medicina de mi universidad. La amistad y la amabilidad que mostraron ante mi debilidad y soledad en un mundo desconocido se convirtieron en una memoria imborrable de mi vida.

Una increíble concurrencia de culturas

A mi juicio, para aprender un idioma extranjero, no hay mejor manera que estar inmerso en el ambiente y en la cultura donde hablan la lengua que estás aprendiendo. Lo que leemos acerca de los diferentes países y culturas en la escuela es totalmente distinto a conocer un país y su cultura de cuerpo presente. La muchedumbre y el alboroto de un mercado poblano tradicional, o los altibajos de un camino empedrado de la época colonial, o la excitante y refrescante sensación de escalar una pirámide precolombina: todo ello debe ser experimentado por nosotros mismos para que podamos apreciar plenamente e insertarlo en nuestra memoria. En la época precolombina, México fue uno de los principales centros de la cultura indígena de América Latina. Posteriormente, el inesperado contacto con los conquistadores europeos dio a luz a una mezcla entre las culturas indígenas y la española, lo que ha producido muchos de los rasgos culturales típicos de México como el tequila, los mariachis, el jarabe, los churros, etc. Estudiando en México, te encontrarás rodeado de una increíble concurrencia de culturas que enriquecerá y mejorará tu compresión de la historia humana y el valor más profundo detrás de la lengua española.

Estudiar en el extranjero es una experiencia que no debes perder. Y si todavía no has decidido adónde ir, te recomiendo México.

Ferrero Li Zhili

Alumno de cuarto curso