En torno a una larga mesa, un nutrido grupo de estudiantes y profesores escuchan con atención a Olivia, estudiante de segundo grado de la facultad de español, mientras describe la comida en la mesa: el agua de horchata, dulce bebida de arroz amada por los mexicanos; el guacamole, mundialmente famosa aderezo de aguacate; la salsa casera, picante y acido acompañamiento para cualquier comida mexicana; y, por supuesto, el pan de muerto, dulce preparación de esta temporada que ayuda a transmitir el mensaje central del Día de Muertos: la muerte no es tan amarga.

   Fue así como la fiesta de este jueves, 24 de octubre de 2019, llegó a su momento más sabroso. Durante las semanas previas a la celebración, los estudiantes de la facultad de español prepararon una modesta pero significativa celebración de esta importante festividad de México, y del mundo hispánico. Bajo la tutela del profesor mexicano, el grupo de estudiantes de español prepararon tres actividades para entretener y educar a los asistentes.

   La primera parte del evento consistió en la instalación de un “Altar de Muertos”; los asistentes tuvieron la oportunidad de ver el proceso de instalación de este elemento clave para la celebración del Día de Muertos. Como explicaron las estudiantes Nora y Lucía a la gente reunida para la celebración, el altar

   La ya mentada comida fue la estrella de la segunda actividad de la noche. La estudiante Olivia hizo un gran esfuerzo para describir las diferentes muestras de la gastronomía mexicana. Todos los presentes, alrededor de la mesa, pudieron disfrutar de estos alimentos preparados por genuinas manos mexicanas.

   Para terminar las actividades del día, los estudiantes tuvieron la oportunidad de dejar fluir su caudal creativo: mientras que algunos pintaban calaveras en papel con colores vívidos (como las calaveritas de azúcar, dulce típico para esta época festiva que suele decorar los altares) que terminaron la decoración del altar, otros maquillaban sus rostros para parecer las mismísimas calaveras de azúcar. Una vez completas sus creaciones, la fiesta cerró con una obligatoria sesión de fotografía para recordar esta divertida velada.

   Con un estomago feliz y un poco más sabios, los asistentes se retiraron. Tal vez ahora vean piensen un poco diferente acerca de la muerte y de cómo nosotros los vivos, mantenemos vivos los felices recuerdos de “los que se nos adelantaron”